sábado, 4 de septiembre de 2010

Brisa...

Hoy siento esa nostalgia que todo ser humano experimenta cuando añora algo o alguien, en mi caso ese algo es mi país y ese alguien es mi familia, mi mamá, mi hermana, mis abuelitos... Al levantarme temprano sentí una brisita fresca que me despertó esa sensación de recuerdos cuando vivía en el campo con mis abuelitos y temprano en la mañana barría el frente de la casa allá en Baní y esa brisita me terminaba de despertar y me animaba a seguir los demás quehaceres, o cuando vivía en la capital con mi linda mami que me levantaba para ir a la escuela y volvía esa brisa que me acariciaba la cara y el pelo, todas esas sensaciones sólo se manifestaban en la víspera de la navidad, que es en la única época en que el clima fresco se recuerda de nuestra tropical isla de República Dominicana y por la cual es mi estación favorita del año.


Cuantos recuerdos, y tan lejos que me encuentro de la etapa más hermosa de toda especie humana, cuando está junto a su familia en su casa materna.


Hoy me desperté triste y con unas ganas inmensas de llorar, es uno de esos días de depre que experimentamos las personas cuando ya somos adultos y dueños de nuestro propio destino, en la que hay que salir a luchar por un mejor porvenir por la familia que ya nos toca formar. Estoy en otro país lejos de mis raices, lejos de la mujer que me dió la vida y que más amo en el mundo, lejos de mi hermanita que adoro y de mis viejitos que son todo para mi, pero estoy con mis hijos que son mi vida, con mi esposo que es mi apoyo y columna de vida y eso me reconforta, eso de me da fuerzas para seguir luchando y me demuestra que la vida no siempre es como uno desearía que fuera, sólo Dios sabe lo que nos tiene guardado para ser feliz... es cuestión de levantarnos y dejarnos llevar por esa brisita que es la misma donde quiera que estemos y que nos guiará con la ayuda de Dios a mejores horizontes por una buena calidad de vida para la familia que me formó y la que ahora estoy formando, en busca de esa felicidad que con tanta dicha Papá Dios nos brinda en cada obra maestra de la naturaleza que creó para nosotros.


Bienvenida la brisita que me trae tan lindos recuerdos de mi infancia y mi vida en la casita que me vio nacer, que aunque con nostalgia, pero con muchas esperanza de volver pronto con el corazón lleno de éxitos alcanzados y victorias conseguidas con la que me demostraré  que valió la pena el sacrificio.