lunes, 9 de abril de 2012

Carta a mi abuelito Emiliano

Querido abuelito


Espero que cada día que pase sea mejor que el anterior para usted, que no sufra más, le pido tanto a Dios por su pronta recuperación, aunque aveces me parte el alma saber que sí está sufriendo y que posiblemente no se recupere, me muero de tristeza y melancolía estar tan lejos de usted y no poder abrazarlo, besarlo y decirle palabras de aliento y de ánimo para que pueda ser mas llevadera ésta terrible enfermedad. Se me arruga el corazón y la angustia arropa mi existencia al saber que sufre a causa de ese maldito cáncer, sé que no puede dormir, que casi no come, que me lo está comiendo, acabando y derrumbando poco a poco por dentro y por fuera, y yo aquí impotente sin poder hacer nada para hacerlo sentir mejor, ya ni mis chistes por teléfono le hacen sonreír como antes. Quisiera tanto convertirme en una ladrona y poder robarle esa sonrisa que le hacia sonrojar, que nos contagiaba y hacia feliz a todos, pero sobre todo que tanto nos gusta ver. La conexión tan única de nosotros dos nos hacía entender nuestros chistes y por malos que fueran siempre nos reíamos de ellos cuando nadie nos entendía.


Ni siquiera se puedes imaginar lo terrible que me siento y como lloro cada día y cada noche por usted, como me duele que ya ni le puedo hablar por teléfono porque ya no tiene ánimos, ni deseos de hablar, ni siquiera conmigo. Esta incertidumbre de estar a tantos kilómetros de distancia separados me está matando, me consume la ansiedad. Las personas a nuestro alrededor saben lo especial que somos usted y yo, la complicidad que nos une, entonces pueden idear lo difícil y duro que es para mí estar tan lejos, pero creo que no puede ser más fuerte ni comparable con lo que está pasando en estos instantes, Dios ayúdalo te lo suplico! Cómo quisiera tener la potestad de quitarle ese amargo momento y cualquier dolencia que le lastima y roba sus sueños.


Conociéndole como le conozco casi puedo asegurar que debe estar aguantando lo inaguantable para no angustiar a los seres que quiere y que están con usted a su lado, a mamá por ejemplo, ese ser maravilloso que lo ha entregado todo para estar con usted en las buenas y las malas.  


Sin embargo, me queda el consuelo de que pronto estaré allá para poder verlo y decirle lo mucho que lo quiero y lo que significa para mi. También quiero que mi más reciente retoñito conozca ese abuelito que adoro con el alma y corazón. 


Sólo le pido: por favor espéreme...