Semestre Culminado

La vida a veces nos lleva a tomar decisiones importantes y decisivas para un mejor porvenir o por lo menos para poder brindarle un buen ejemplo a nuestros hijos, esas decisiones nos ponen a pensar tanto que en ocasiones hasta nos quitan el sueño; antes de determinar lo consultamos con personas que entendemos nos pueden ayudar a escoger lo mejor, y es ahí donde encontramos personas que nos apoyan y otras que no tanto, pero que están dispuestas a respetar nuestra osadía.

El inicio del año 2009 trajo consigo una determinación que le daría un giro a mi vida de 360 grados, eso implicaba acercarme hasta mis gerentes con la finalidad de expresarles mis más sinceros sentimientos de agradecimiento por todo lo que habían hecho conmigo, su apoyo incondicional cuando lo he necesitado, su desinteresado afán de guiarme por el camino de la experiencia acumulada a través de los años, dando un servicio a esa empresa que ya es costumbre para mí, mi único oficio y labor desde que salí de la edad escolar.

Impulsada por el deseo de recibirme en mi carrera como proyección para este año que comienza por la gracia de Dios me vi obligada a sacrificar la parte laboral, o sea tendría que dejar de trabajar hasta concluir mis estudios universitarios y poder graduarme, el motivo era movido porque de las pocas materias que me restan, solo hay secciones docentes en la mañana y en la tarde. Veía esto venir porque precisamente son las materias que he ido dejando hasta el final con la esperanza de que abrieran algunas secciones en la noche, llegando la hora cero sin ningún resultado a mi favor.

Mi gerente y supervisora son testigos de que no pasó ningún semestre sin que tuviera que pedir permiso para poder tomar alguna materia que me chocaba con el horario de la oficina, eso lo pude dominar hasta justo en ese momento que estuve esperando el día de mi selección de materias y tener ya la certeza de cual sería la resolución definitiva, en vista de que mi horario de clases quedó ocupado en las horas fijas de trabajo después de la selección, opté por la pronta terminación de mi carrera universitaria, como un sueño al fin hecho realidad.

Sé que sólo pensar en eso era un sacrificio un poco atrevido de mi parte para poder terminar mi universidad. Fue muy difícil para mí, lo pensé miles de veces antes de hacerlo y optar por está decisión.

Al final quedé abierta a escuchar comentarios, criticas u opiniones constructivas que pudieran ayudarme a desencadenar esa historia.

Ya finalicé con buen pie el semestre en la universidad, que alegría! No se imaginan los malabares que tenía que hacer para poder ir a la universidad al tiempo que tenía que trabajar y cumplir un horario, sí! Así es cumplir un horario, al final no tuve que dejar de trabajar a pesar del tedioso horario que me ocupaba uff!! Fue estresante para mi, pero no lo hice yo sola, jamás lo hubiese logrado sin el apoyo de personas a mi alrededor que pusieron su granito de arena para que tuviera una solución alentadora para todos.

En la Universidad Autónoma de Santo Domingo, aun existen algunas irregularidades de horario no favorable para los que trabajamos, desde el inicio de mis estudios siempre tuve contratiempos con estos, tal así que terminaba retirando materias por choques en mi horario de oficina o con permisos especiales gracias a que tengo una jefa muy consecuente.

Ahora encuentro muy atinada la oportunidad para agradecer aquellas personas que me ayudaron de una manera u otra, directa o indirectamente, he hicieron posible que terminara mi semestre sin la necesidad de irme de mi trabajo: Primero Dios mi guía, mi sustento; mi madre Sandra, que siempre me apoya en todas las decisiones que tomo, ella solo dice “sabes que cuentas conmigo” (te amo mami); en el plano laboral Doña Gladys de Nivar, mi jefa que ha sido muy importante en mi desarrollo laboral y profesional, (para usted mi respeto y admiración), Caroline mi supervisara, Nerlisa mi compañera de trabajo, pero sobre todo amiga (gracias Ner por tus consejos siempre sabios), Eduardo que siempre cubrió mi falta (gracias manito) y a los profesores a los que siempre le expliqué mi situación, me entendieron y ayudaron, en especial a Ramón Cocco (gracias Maestro por su comprensión y consejos)