Una vez mas sigue siendo la masa pobre la mas afectada directamente, pero esta vez no por los altos precios de la canasta familiar, ni por los servicios que pagamos y nunca recibimos, en esta ocasión están libre de culpa las autoridades gubernamentales, ahora es gracias a aquellas personas que se hacen llamar “médicos”, pero son capaces de dejar a los pacientes tirados ahí en una sala de emergencias en condiciones infrahumanas para ir en demanda de un aumento salarial. Son esos mismo los que se hacen de la vista gorda cuando los pasillos o salas de espera están repletas de personas con algún mal que les aqueja.
Y ahora esos mismos son los que se van por la cuerda débil de la sensibilidad humana, al resaltar que se lo han ganado por pasarse siete u ocho años estudiando día y noche quemándose las pestañas para poder devengar un mejor salario.
Les recuerdo señores “médicos” que todos los profesionales de cualquier carrera estudiaron su tiempo justo y de igual manera pasó por desvelos para poder confrontar un examen o una exposición que le correspondía al día siguiente. ¿Qué les dejan a los periodistas, maestros y otros graduados que pasaron por el mismo proceso de estudio?
¿Dónde quedaron el sentido común y la vocación de servicio de estos famosos facultativos de la medicina? Me pregunto esto porque hasta ahora tenía entendido que los jóvenes vamos a la universidad con el sueño de recibirnos en un oficio de nuestro agrado, del cual entendemos es una vocación independientemente de lo que devenguemos, aunque es importante el dinero, pero debe ser aun más importante sentir la satisfacción de hacer lo que nos gusta, con buenos resultados y trabajar duro para tratar de entregar una terminación de calidad profesional y con este de alguna manera y tras los años de experiencia acumulada podemos llegar a percibir buen estatus económico si sabemos como manejarnos.
No como lo están haciendo estos supuestos expertos de la salud, jugando con la vida del ser humano principalmente del pobre que es siempre el mas sufrido por los arranque que le da a Waldo Ariel Suero ¿Qué culpa tienen estos? Denles un buen servicio, digno de su capacidad, o ¿es que acaso no hay la capacidad necesaria para hacer las cosas mejor?
Y ahora esos mismos son los que se van por la cuerda débil de la sensibilidad humana, al resaltar que se lo han ganado por pasarse siete u ocho años estudiando día y noche quemándose las pestañas para poder devengar un mejor salario.
Les recuerdo señores “médicos” que todos los profesionales de cualquier carrera estudiaron su tiempo justo y de igual manera pasó por desvelos para poder confrontar un examen o una exposición que le correspondía al día siguiente. ¿Qué les dejan a los periodistas, maestros y otros graduados que pasaron por el mismo proceso de estudio?
¿Dónde quedaron el sentido común y la vocación de servicio de estos famosos facultativos de la medicina? Me pregunto esto porque hasta ahora tenía entendido que los jóvenes vamos a la universidad con el sueño de recibirnos en un oficio de nuestro agrado, del cual entendemos es una vocación independientemente de lo que devenguemos, aunque es importante el dinero, pero debe ser aun más importante sentir la satisfacción de hacer lo que nos gusta, con buenos resultados y trabajar duro para tratar de entregar una terminación de calidad profesional y con este de alguna manera y tras los años de experiencia acumulada podemos llegar a percibir buen estatus económico si sabemos como manejarnos.
No como lo están haciendo estos supuestos expertos de la salud, jugando con la vida del ser humano principalmente del pobre que es siempre el mas sufrido por los arranque que le da a Waldo Ariel Suero ¿Qué culpa tienen estos? Denles un buen servicio, digno de su capacidad, o ¿es que acaso no hay la capacidad necesaria para hacer las cosas mejor?
Parece que no señor Suero... hasta su apellido habla de un medicamento para curar y aun así usted no ve mas allá de la lucrativa función en vez de sanar dolencia y salvar vidas que es para lo que estudiaron ustedes, no para dejar morir a las personas por falta de atención y que en sus narices se quejen de dolor y ser indiferentes ante esto, eso es tener el corazón duro si es que a usted le queda algo de ello...
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